Salimos de Moat y hagan de cuenta que estuvimos en un Hotel 5 estrellas del
Canal de Beagle. ¡Muchas Gracias al ayudante de segunda Juan Rojas, ayudante de
segunda Manuel Centurión y al marinero Cristian Rosales por su enorme hospitalidad!!!!.
Seguimos camino a la Bahía Slogget nos encontramos con algunos hermosos acantilados
playas de rocas puntiagudas y se empezó a levantar el viento e a poquito.
Reconocimos unos cuantos lugares en las orillas por las que habíamos pasado
antes.
Las consabidas aguas llenas de Kelp . . . . y ya más vientito . . .
Para cuando llegamos a doblar el codo de la punta oeste de la bahía el
viento era tal que no teníamos casi progreso en el agua, . . . miramos hacia la
costa y no había playas para escapar a tierra seguros (tampoco las había detrás),
de modo que a remar y remar hasta la playa de arena del fondo de la Bahía (encima
el sol le daba a la arena y parecía un paraíso hawaiano eso).
El velero polaco hundido en Febrero pasado ya no estaba en el mismo lugar,
sino un kilómetro más en el fondo de la bahía, el viento hacía romper las olas
al revés con las ráfagas repentinas y el cielo se encapotó y comenzó a caer
aguanieve sobre nosotros con sol en nuestro destino a tres kilómetros.
Tardamos casi tres horas en recorrer esos escasos tres kilómetros y cuando
llegamos a tierra nos dimos un buen abrazo con el amigo Juanpa, porque
estábamos los dos molidos y esa bendita playa parecía tener rueditas aun
estando cerca.
Nos metimos petrificados de frío en el refugio de un puestero del lugar que
estaba en Moat porque le había pateado una pierna su caballo.
Ropa seca morfi y a dormir.
Que en esta oportunidad será como revivir . . .
Abrazo!
Juan Pablo y Alejandro
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